sábado, 20 de octubre de 2007

Nacional, Delirio Peluqueril

Aqui transcribo, un mail enviado por Jorge K. a nuestros respectivos E-mails. Como no tiene desperdicio, y por si alguno se lo perdió... acá está!

La memoria es caprichosa y salta como la bolita de una ruleta. En la rueda que gira, nunca sabe uno donde va a detenerse. Ni si gana o pierde, porque así como uno retiene fragmentos de un todo, los demás lo tienen a uno como un casillero más, a lo mejor como una victoria al azar, acaso como una ficha tirada.
El Nacional era sólido, de piedra. Nuestros pasos por allí eran estadísticos, ninguna marca que dejásemos haría mella en su historia. Ni nuestros nombres en lápiz o tallados, ni nuestras acciones más o menos bravas habrán significado mucho. Pero estaba la escuela y estábamos nosotros, si no fuimos únicos para ella, al menos ella y su patio soleado en las horas libres, ella y sus tortas negras, ella y su gimnasio con sogas de tortura nos marcaría a fondo.

Plenos Pelos.

En esta entrega, demostrando que todo hombre tiene su parte femenina, revelaré algunas imágenes capilares. Bien pueden servir como prueba de insanía.

Siempre tuve una fijación con el pelo y buena parte de mi vida tuve el pelo con algún fijador. Mi recuerdo de las chicas, irremediablemente se asocia (además del aliento a chicle, algunas protuberncias incipientes y el calor adolescente) con aquellos raros peinados nuevos. Estos son algunas de las “fotos”, sólo pregunten y derramaré sus cabelleras ochentonas en este espacio. Lo más raro de todo, es que mi memoria las conserva así, como si el tiempo no hubiese pasado. Imaginarlas ahora me resulta imposible sin esos brushings y ese perfume que les daba el Agree.
Ad.B.: pelo largo y rubio. Doradamente eléctrico en sus ondulaciones. Ese flequillo tan propio de la época.
D.G, GT y GF: el usado efecto banana, con sus vinchas blancas armando un chorizo sobre la frente.
AM: una melena leonina lloviendo sobre el sueter púrpura de punto inglés, el uniforma alternativo del tercer año.
An.B: otra leona. O más bien un look sol de la bandera.
PD: y su pelo absoluta y simpáticamente mafaldesco,
MS: (ya es un recuerdo semi-pleno, acaso voy a primera docena) tuvo épocas banana, pero la recuerdo mas por ser un pelo lacio o alaciado a la altura de sus hombros, tal vez un flequillo cegador también tuvo.
SP: un flequillo persistente, de esos que ocultan o generan granitos.
MD y MT: otras que iban y venían, la ruleta peluquera me las muestra como conjuntos compactos, con alguna dificultad geográfica para decidir entre lo corto o lo largo.
CG: la suerte de las blondas lacias la hacía dejar que su pelo se amolde a distintas circunstancias.

Otro día lo sigo, de nuestro género había promesas de calvicie celayetianas, canas santipolescas y casquetes favarianos. Jorge Luis Köstinger
www.kostinger.blogspot.com

1 comentario:

Gab dijo...

Prodigiosa memoria pilosa, Kostinger!!
Una aclaración: las vinchas blancas que usábamos eran parte del uniforme obligatorio, en el primer tiempo pre-democracia. Luego el asunto fue relajándose y obtuvimos más libertades capilares... GabyF